Con la causa por presunto fraude, evasión y lavado que golpea a la cúpula de la AFA, siguen las salidas. Dos miembros de los tribunales de Ética y Disciplina —que además actúan como conjueces de la Corte Suprema— presentaron su renuncia.

Se trata de Diego Barroetaveña, futuro presidente de la Cámara de Casación Federal y hasta ahora jefe del Tribunal de Ética de la AFA, y de Juan Ignacio Pérez Curci, titular de la Cámara Federal de Mendoza e integrante de la Cámara Nacional de Resolución de Disputas.

Las renuncias llegan luego de que la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) le pidiera a la Corte que disponga el cese de todos los jueces nacionales que ocupan cargos en los tribunales de la AFA.

Entre los motivos que circulan “off the record” se considera la posibilidad de que estos magistrados deban intervenir como conjueces en causas que involucran a Claudio “Chiqui” Tapia y a su mano derecha, Pablo Toviggino.

¿Pero a qué renuncian? Con solo tres miembros en la Corte (Rosatti, Rosenkrantz y Lorenzetti), cuando hay desacuerdos se sortean conjueces entre presidentes de Cámaras federales, un esquema que incluye justamente a Barroetaveña y Pérez Curci.

No son las primeras bajas. Días atrás renunció el juez federal Néstor Barral —del Tribunal de Disciplina—, y antes lo habían hecho Martín Peluso y Esteban Mahiques. En total, la AFA llegó a tener 26 jueces repartidos entre Disciplina, Apelaciones y Ética; hoy, la lista empieza a vaciarse.

Quiénes quedan

Tribunal de Ética: además de Barroetaveña (ya afuera), lo integran Antonio Daniel Bustamante, José Pedro Bustos, Roberto Minguillón, Matías Mancini, Mario Kohan, Ricardo San Juan, Ramiro González, Juan Pablo Rodríguez y Pablo Morán.

Tribunal de Disciplina: lo preside el escribano Fernando Mitjans, con Sergio Fernández como vice. También figuran Jorge Ballestero, Néstor Barral (recientemente renunciado), Ezequiel Iglesias Berrondo, Martín Peluso, Esteban Mahiques y Matías García. En este ámbito también participaba Pérez Curci.

Mientras la investigación avanza, el entramado entre Justicia y fútbol vuelve a quedar bajo la lupa —y las renuncias parecen recién empezar.