El Gobierno nacional ratificó que el próximo jueves se aplicará el protocolo antipiquetes durante la movilización convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT) contra el proyecto de reforma laboral enviado por el presidente Milei al Congreso. El operativo buscará evitar cortes y mantener la circulación mientras se desarrolla la protesta, prevista a partir de las 15.
La decisión se inscribe dentro del esquema de seguridad que el Ejecutivo viene implementando ante manifestaciones en la vía pública. Desde el área de Seguridad indicaron que el despliegue se ajustará a los lineamientos habituales del protocolo vigente y que se evaluará el desarrollo de la marcha en tiempo real, en función del movimiento de columnas y la cantidad de personas que participen de la convocatoria.
En ese contexto, la ministra de Seguridad, Alejandra Monteolvia, explicó los criterios que se aplicarán durante la jornada y sostuvo: “Queremos devolver el orden, ser un país normal”. Al confirmar la intervención de las fuerzas federales, remarcó: “Se aplica el protocolo, como siempre. Es el mismo equipo”, y detalló que el análisis incluirá variables como los desplazamientos y la magnitud de la movilización.
Al referirse al enfoque general de la política de seguridad, afirmó que es "importante empezar a desprenderse de cargas ideológicas, que le han hecho mucho daño a la gestión de seguridad en el país y en América Latina”, y, en relación con el clima social, indicó que hasta el momento no se detectaron situaciones fuera de lo habitual y que las marchas previstas no representan “nada diferente a lo que hemos visto en estos días”.
También defendió el accionar de las fuerzas de seguridad en operativos recientes, incluso en el caso en el que el fotoperiodista Pablo Grillo resultó herido de gravedad: “Es lamentable que haya una persona herida, pero para nosotros no hubo un mal accionar policial”.
La movilización fue definida por la nueva conducción de la CGT tras una reunión en la que se analizó el contenido del proyecto de reforma laboral. Desde la central sindical afirmaron: “La reunión estuvo atravesada casi por completo por el proyecto de reforma laboral que el Ejecutivo ingresó hoy al Senado. Fue el eje central del análisis político, social, económico y laboral del país”. A la convocatoria se sumaron la Asociación Trabajadores del Estado y la CTA, mientras que ATE anunció un paro nacional para ese mismo jueves. Entre los reclamos figuran el rechazo a la reforma, el pedido de una “inmediata reapertura de paritarias para recomponer el poder adquisitivo perdido en los últimos dos años” y la oposición al recorte del 10% de la planta estatal.