La agricultura regenerativa reúne un conjunto de prácticas agrícolas que permiten reconstruir la materia orgánica y la biodiversidad del suelo, revirtiendo los efectos generados por el calentamiento global. Y cada vez es más utilizada en nuestro país.

Según el informe "Aprendizajes y desafíos sobre la Agricultura Regenerativa en Argentina", que detalla los logros alcanzados mediante su alianza con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Unilever junto con Knorr, trabajan con prácticas regenerativas en 1.300 hectáreas en San Juan y Mendoza, desde hace dos años.

"La evolución de una agricultura sustentable a una agricultura regenerativa es reflejo de la forma en que concebimos la producción en Unilever, al mismo tiempo que ayudamos a construir un sistema alimentario más resiliente y equitativo para el futuro. Como productores de alimentos sabemos que tenemos la responsabilidad de acompañar a nuestros productores en esta transición”, afirmó Natalia Giraud, directora de Asuntos Corporativos de Unilever Cono Sur.

En ese sentido, un estudio de Kantar identificó que el 50% de la población latina está comprometida con el ambiente, cifra que podría alcanzar el 70% para 2025. Además, de acuerdo a una encuesta de Reptrak, casi dos tercios de los consumidores mundiales prefieren comprar a empresas que defienden un propósito que refleja sus valores y creencias y evitarán a las que no lo hacen. Respecto al ambiente, según la FAO, el 95% de los alimentos que se consumen dependen directa o indirectamente de los suelos. Por lo tanto, de continuar en este rumbo, se proyecta que para el 2050, el 90% de todos los suelos estará degradado.

Ante este panorama, en los últimos dos años, se puso en práctica un trabajo articulado junto a los siete horticultores que forman parte de la red de proveedores de Unilever para dar un paso más en prácticas de agricultura regenerativa. En ese sentido, sumaron técnicas que les permitieron mejorar su desempeño económico, ambiental y social, logrando una clara mejora y perfección de los manejos en las fincas para cuidar el suelo, el agua y la biodiversidad, que se interrelacionan para impulsar la capacidad productiva del sistema.

“No existe una receta única y universal, sino que esta nueva agricultura se basa en lineamientos generales que se llevan a la práctica empleando tecnologías de procesos. El secreto está en saber aprovechar la capacidad auto regeneradora de la naturaleza. Por eso el acompañamiento integral desde el INTA y Unilever es clave para este proyecto”, comentó José Portela, referente de Agricultura Regenerativa del INTA

Si bien los productores ya trabajaban con diferentes técnicas de agricultura sustentable, gracias al proyecto lograron implementar nuevas técnicas y perfeccionar los principios de la agricultura regenerativa con el objetivo de cuidar y proteger el suelo. Entre las mejoras más relevantes, trabajaron con rotación de los cultivos, implementación de cultivos de cobertura y abonos naturales, riego por goteo, fertilizantes orgánicos y ensayos de siembra directa, una práctica innovadora en horticultura que no tiene muchos casos de estudio.

Así como hubo aciertos y mejoras en determinadas prácticas con impacto positivo a campo, también surgieron desafíos y la necesidad de adecuar ciertos manejos al requerimiento particular de cada lote en producción. Lo que destacan los horticultores es que sumarse al proyecto les permitió aprovechar todas las herramientas disponibles de manera correcta y compartir experiencias, lo que concluye que no hay una sola forma de hacer agricultura.