Cuando empezaba a trazar su camino como comunicadora, activista y terapeuta, hubo un libro que “le voló la cabeza”. Cande Yatche suele decir que «De mirar distinto no se vuelve». A esas nuevas ideas, que corrigen las antiguas estructuras arraigadas en la mente, muchas veces llegamos a partir de una charla, de una película, de un testimonio, de un libro.

En 2021, estudiaba la Licenciatura en Psicología, y ya había escrito su primera novela (2019, Planeta): que lleva el nombre de su fundación contra la prevención de trastornos alimentarios, Bellamente, (que a su vez formó una comunidad en redes sociales con más de 276 mil seguidoras y seguidores) y que del mismo modo, apuntó a poner el foco en nuestra capacidad de pensamiento, percepción, cuestionamiento e iniciativa. Y ya pensaba en escribir su segundo libro, que visualizaba como “una radiografía de lo que está pasando”.

“Porque hemos evolucionado. No es lo mismo lo que escribía Naomi Wolf en El mito de la belleza que lo que está pasando ahora”, me contaba en esa entrevista. 

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Hoy, Cande Yatche es Licenciada, y presenta Consumidas: violencia estética y Mercado de Inseguridades (Galerna) y le pregunto: ¿Qué está pasando ahora? y ¿en qué momento llega este segundo libro?

“Estoy muy feliz de que esté sucediendo en esta nota; sobre todo que la estemos compartiendo después de tantos años”, introduce en el marco de esta charla con Filo.news. “Desde El mito de la belleza, observo que hay un montón de cosas que podemos analizar hoy en día, ¿no?”, cuestiona.

“Si bien hay ciertos patrones que se repiten y otros en los que hemos evolucionado, también tenemos que pensar en la actualidad qué está pasando con la belleza, y creo que hay un punto muy interesante: el fast fashion corporal. Antes las personas iban cambiando ciertas prendas de ropa, es decir ese el fast fashion de la moda era ‘me cambio esta remera’, ‘ahora se usan más los pantalones de esta forma’. Sin embargo, hoy estamos viendo que hay modas corporales donde se usan ‘las tetas de determinada manera’, pero en diez años de otra manera, y pasa con la nariz, las cejas, los labios, la piel. Incluso desde que nos sacamos selfies (en un capítulo se dedica a contextualizar de dónde proviene el término de la foto espejada), hay un acento en la cara donde invertimos mucho tiempo, energía, plata en modificarla”, visibiliza.

“Es muy interesante ver cómo se está instalando la idea de que hay algo para cambiar en mi cuerpo, aunque no es lo mismo cambiar una prenda de ropa que una parte física, que tiene un efecto impacto en la salud física, mental, emocional. Y creo que ya el mandato no tiene que ver únicamente con la delgadez, sino con la simetría que tiene que tener tu cuerpo y todo tu cuerpo, no únicamente la silueta, sino esto que mencionamos de las distintas partes. Entonces cada vez se inventan más y más productos y servicios para modificarnos”, señala.

En Consumidas, Cande vuelve a Naomi Wolf. “Una cultura obsesionada con la delgadez femenina no está obsesionada con la belleza de las mujeres, está obsesionada con la obediencia de estas”, ya advertía la activista e intelectual estadounidense. Entonces, ¿qué cambió? y ¿por qué en los tiempos que corren el foco está más aún en lo físico?

“Yo creo que tiene que ver con un poco el uso de las nuevas tecnologías y la manipulación que tenemos de nuestra imagen”— manifiesta la especialista— “En el pasado, las imágenes que estaban editadas eran las que estaban en la revista, hasta en la vía pública, pero hoy en día vemos que son la de compañeros y compañeras de trabajo, las de amistades. Nos sacamos nuestras propias imágenes y nos comparamos con esas imágenes. Sí, se logró que muchas lleven el rótulo de «Esta imagen está editada digitalmente», pero ¿qué pasa en lo cotidiano? Al editar nuestras fotos con una aplicación o filtros, también sentimos que estamos controlando nuestro cuerpo y pensamos que es completamente modificable. Incluso hay estudios que muestran como varias personas  llevan las imágenes editadas a un profesional de la salud o estético y le dice ‘yo quiero verme así’. Hay algo de la manipulación digital que tiene que ver mucho con cómo vamos queriendo moldear nuestros cuerpos”.

De ahí la iniciativa de la portada del libro que es de alguna forma performática. Mentones, labios, pestañas, cejas, vienen envasados en esas bandejitas de telgopor que se encuentran en los supermercados, con todo: etiqueta y código de barras. A ello, Consumidas intenta ser más que el prospecto de Lea atentamente, un mensaje dentro de una botella, que llega desde las experiencias de una, de tantxs para contarnos qué se siente y añadir información a la oferta del mercado que nos vende y nos pide adquirir para ser. 

Mientras cursaba, y navegaba por redes sociales, Cande notaba el contraste. De allí su propósito para abrir la cuenta de Bellamente, que hoy es un proyecto con alcance amplificador. Sin embargo, el movimiento de diversidades actualmente pareciera que se mueve en un punto bisagra: donde por supuesto se ha avanzado muchísimo en términos de concientización, hasta dejado lemas como “no se opina del cuerpo de otros”, pero también pareciera que “se arranca antes”: con el tiro bajo de la pollera, con el perfilado de cejas, o las uñas semipermanentes.

“Cien por ciento”, confirma Cande. Está en agenda no hablar de estos temas que antes se vivían en soledad y con mucho silencio: la falta de talles de la indumentaria, sobre la exclusión en la puerta de los boliches, sobre la falta de representación en la publicidad. Entonces se pensaba que era algo individual. Se empezó a visibilizar que era una problemática social que no tenía que ver únicamente ‘me siento mal conmigo porque soy yo’, sino con este abrazo colectivo que se generó con cada relato. Bueno, en Bellamente lo vemos un montón, como cada persona te abre y cuenta su historia y mucha gente se siente identificada. La ESI en los colegios para que en el aula haya un espacio de diversidad corporal es otra batalla ganada. Sin embargo, si bien se avanzó por un lado también vemos este lado B: ‘ámate, querete, acéptate’ y todo este discurso de amor propio que se sigue reforzando, y por otro lado, la exigencia de que si no tenés determinado cuerpo siendo una feminidad, no conseguís respeto, trabajo, no sos deseable. Entonces tenemos que analizar un poco el contexto. Queda muchísimo todavía”, reflexiona.

* Bellamente es pionera y sumamente inteligente en cómo medir ese termómetro de redes donde abundan estos conceptos venderte, producirte, que retomás en el libro ¿cómo trabajás para justamente tomar los trends y las herramientas que también proveen para generar mensajes positivos?

Creo que hay algo de que la gente necesita estos contenidos.  Te das cuenta por el algoritmo, por cómo se mueve, por las interacciones y también pienso que es importante cómo se transmite, porque muchas veces los temas se ponen en un lugar muy académico o por otro lado, muy naif. Y en esa balanza ver lo que más garpa. En nuestras reuniones de equipos se arman debates de comunicación: donde sabemos que el algoritmo te va a mover más y va a tener más visualizaciones pero quizás ese no es el mensaje que estamos queriendo dar. O quizá queremos subir un poquito más el tono que de una cosa y darle una vuelta. Entonces buscamos un equilibrio y cómo encontrar cuáles son esas tendencias que pueden hacer más visible un mensaje y una forma amigable de que no sea viste una varita mágica de soluciones. Hoy ya se ven muchísimas cuentas que hablan de esto pero cuando arrancamos de directamente no había. Y si pienso que se está volviendo repetitivo ahí está el desafío. Porque es un slogan divino, pero ¿cómo lo implementamos? Todavía hay mucho para hacer y sobre todo creo que TikTok es el próximo camino.

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Consumidas tiene varias referencias a la cultura pop: como a “The Climb” de Miley Cyrus, a la Triple T de Tini Stoessel (quien recordemos cantó un tema con todas las críticas que recibía en redes sociales), a “Barbie”, el film de Greta Gerwig protagonizado por Margot Robbie que sigue generando conversación y se posicionó como uno de los más vistos del año; y hasta al challenge de Kylie Jenner.

En Argentina, “Patito Feo” tiene una conexión directa con la diversidad cultural. La tira televisiva, que jugó con la metáfora del cuento de Hans Christian Andersen, hablaba de divinas, de fuera feas, y marcó el crecimiento personal y profesional de sus protagonistas, entre ellas y principalmente el de Laura Esquivel. La actriz formó parte del panel de presentación de Consumidas, donde acompañó a Cande Yatche junto a Ana Correa y a Agustina Cabaleiro de Onlinemami. 

* La presencia de Laura Esquivel fue un valor dentro del panel, como figura dentro de lo que implica la cultura, y lo que implicaron los mandatos que adquirimos en nuestra infancia. ¿Cómo fue proponerle que participara?

El panel fue hermoso porque había voces diversas, muy hermosas en distintas perspectivas. A mí se me ocurrió decirle a Laura porque teníamos muy buena onda en redes aunque nunca nos habíamos visto. Le dije me encantaría sumar su voz porque siento que es una persona que le dio un giro a su historia y creo que todos sus aportes fueron desde lo humana que es. Hablamos de las cuestiones estéticas y cómo se ve que ella tiene trabajada su imagen y su vínculo con su imagen donde sí tuvo muchas presiones sobre lo que era “ser linda” desde su papel en “Patito Feo” que claramente impresionó a mucha gente. Yo me acuerdo el capítulo en que ella se saca los anteojos, porque yo usaba lentes y en ese momento no se usaban, hoy están de modo incluso sin aumento.

La verdad es que estoy feliz de que se haya sumado porque habló mucho de la responsabilidad que tienen las personas que son refrendadas y de la visibilidad que tienen sobre transmitir mensajes que sean con responsabilidad. Así que estuvo increíble y lo hizo con mucho sentido.

* ¿A Bellamente le llegó alguna vez la propuesta de hacer algún contenido audiovisual? Más allá de las campañas e iniciativas que realiza hasta asesorando y participando en publicidades con marcas:¿Hubo intenciones de realizarla en una película?

El libro de Consumidas está pensado para un material audiovisual. Ojalá, así que si quieren anotar mi número… (bromea). Viene siendo necesario.

* ¿Cómo llega Consumidas al verano?

Temporada alta. Este libro yo me lo lo visualizo en muchas piletas y en muchos parques y en muchas plaza así, y en el río y en el mar y donde esté en el verano. Que se tomen un ratito, que puedan leerlo y que y que también a lo que tengo muchas ganas es escuchar que les pasa con el libro. Porque esa comunidad también es parte activa dentro de Consumidas, porque sus testimonios participan. Es simbólico y muy lindo.

Candela Yatche, Licenciada en Psicología y fundadora de Bellamente, que hoy complementa su material de activismo y comunicación en Consumidas, su segundo libro disponible en librerías.